Matilde Carmona
Sobre mí
Retírese a sí mismo, tanto como pueda. Asóciate con aquellos que harán de ti un mejor hombre. Da la bienvenida a aquellos a quien tú mismo puedes mejorar. El proceso es mutuo; porque los hombres aprenden mientras enseñan.
Lucio Anneo Séneca.
Me llamo Matilde Carmona Almodóvar, educadora y philosophical consultant.
- Graduada en Filosofía y Máster en Filosofía Teórica y Práctica por la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
- Doctoranda en el Departamento de Lógica, Historia y Filosofía de la Ciencia (UNED).
- Profesora-tutora de Filosofía y Antropología Social en el Centro Asociado “Andrés Vandelvira” UNED.
- Experta en Inteligencia Emocional.
- Titulada en técnicas de relajación y Mindfulness.
- Directora de Centro Infantil El Parque.
- Directora de Momentoskairós, gabinete de Acompañamiento Filosófico.
Cómo nació Momentos Kairós
Sapere aude (atrévete a saber) ha sido la máxima que ha guiado tanto mi recorrido existencial como mis intereses intelectuales. Este principio y mi larga trayectoria laboral como docente despertó en mí un particular interés por el estudio de las neurociencias y los modos de categorizar las crisis existenciales a lo largo de la Historia, un ideario que madura en mi primer proyecto investigador: La epilepsia una enfermedad de frontera: entre la objetividad clínica y la subjetividad cultural y que alarga su sombra en la anhelada conquista de mi tesis doctoral y en aquella idea primigenia de vincular mis estudios de Filosofía con mi proyecto laboral.
Con estas premisas satisfechas, el proyecto momentoskairos inicia su andadura: acompañar en el proceso de aprendizaje y transformación de cualquier crisis existencial desde una perspectiva exclusivamente humanística, proyecto que se define por su acción preventiva y por la conquista de la propia coherencia vital en el arte de saber vivir amándose profundamente, pero sin renunciar a ser mejor.
No es cuando convertimos las estrellas en objeto de estudio científico cuando las aproximamos a nosotros, sino cuando, agrupadas en la cúpula celeste, las sentimos acompañantes de nuestra breve vida mortal
Josep María Esquirol